miércoles, 25 de noviembre de 2009

OTOÑO ZEN

Dos monjes iban hacia su monasterio cuando al pasar un rio escucharon los gritos de una dama que pedia socorro. Era una joven que estaba en peligro de ahogarse. Uno de los monjes se tiró al agua, cogió a la hermosa joven en sus brazos y la puso a salvo en la orilla.
Tras despedirse los monjes continuaron su camino. Transcurrido un tiempo el que no habia hecho nada dijo. "Deberías saber que nuestras normas no permiten tocar a mujer alguna".
Yo cogí a esa joven con mis brazos y luego la deje en la orilla. Tú todavía la llevas encima.

















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